domingo, 19 de julio de 2015

Redacción de textos científicos



LA REDACCIÓN DE TEXTOS CIENTÍFICOS[1]
por: DRA. C. ANGELINA ROMÉU ESCOBAR
“... el lenguaje debe jugar un papel central – y no
lateral o marginal – en el aprendizaje de lasciencias. Aprender ciencia significa aprendera hablar o escribir sobre ciencia...Daniel Cassany


INTRODUCCIÓN

Educar para la ciencia constituye una de las tareas fundamentales de la escuela la cual se relaciona desde temprano con el desarrollo de habilidades para obtener, procesar y producir conocimientos científicos, que familiarizan a los estudiantes con la actividad científica y les abren el camino de la investigación. Sin embargo, ocurre con frecuencia que, al iniciarse en el estudio de los contenidos científicos en las diferentes asignaturas, muchos estudiantes afrontan dificultades derivadas del pobre desarrollo de dichas habilidades, lo que pone de manifiesto sus limitaciones para adquirir conocimientos sólidos, que puedan integrar con los precedentes y que les permitan avanzar en la adquisición de otros nuevos.
El dominio del lenguaje de la ciencia no tiene lugar al margen del aprendizaje de los contenidos científicos en las diferentes asignaturas. Por esta razón, es que defendemos la idea de que “la enseñanza del discurso científico sólo puede ser abordada en una perspectiva interdisciplinaria, como un problema en el que intervienen y participan todos los profesores”( Roméu, 2000). Esto da lugar a otra idea que consideramos igualmente fundamental y es que para enseñar a sus alumnos a comprender y producir textos en el estilo científico “ los profesores de todas las asignaturas deben tener clara conciencia del papel que les corresponde, lo cual les exige una preparación lingüística, teórica y metodológica que, hasta la fecha, no han recibido nunca por considerarla privativa de los profesores de lengua.” (Roméu, 2000)
En este trabajo nos proponemos ofrecer algunas ideas acerca de cómo abordar la enseñanza de la comprensión y producción de textos científicos, a partir de un enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural, que toma en cuenta las dimensiones de la semiótica en el análisis de cualquier tipo de discurso, a saber: la sintáctica, la semántica y la pragmática, y que, por lo tanto, se aplican también al discurso científico.

1. EL DISCURSO CIENTÍFICO: CARACTERÍSTICAS ESTILÍSTICO-FUNCIONALES
El discurso científico tiene características estilístico-funcionales que lo hacen diferente a otros. En su construcción se emplea un determinado código; aparecen determinados órdenes discursivos o formas elocutivas; predomina una función comunicativa específica (la informativa o referencial) y se tienen en cuenta medios léxicos y gramaticales propios. Según el código, el discurso científico puede ser oral o escrito aunque en su redacción pueden emplearse otros códigos como el icónico y el simbólico; según el orden discursivo o forma elocutiva, en él aparecen la exposición y la argumentación; su función predominante es la informativa o referencial y, los medios lingüísticos, léxicos y gramaticales, tienen un alto grado de especificidad, lo que revela las características que lo hacen diferente a otros discursos, a saber, su carácter monosémico, que contribuye a la exactitud, pues emplea una terminología propia y los términos designan una sola cosa.
Existe el criterio bastante generalizado de que las características del discurso científico son: su impersonalidad, que se revela en que no descubre la subjetividad o personalidad del autor; su objetividad, al reflejar el conocimiento de la realidad, su esencia y las leyes que la rigen; y la exactitud que, como rasgo de la ciencia, permite develar la esencia de forma precisa. Sin embargo, en los últimos tiempos, a partir de la Semiótica del discurso, se considera que, al igual que otros tipos de discursos, el científico está expuesto a la manipulación por parte del autor, quien se vale de todas las argucias permisibles para presentar de forma comprensible sus ideas y ofrecer argumentos convincentes, que garanticen la aceptación de los lectores. Sin dudas, hay que reconocer la existencia de una intención comunicativa en el autor de este tipo de texto, que lo lleva a presentar las ideas y a argumentarlas a fin de lograr su propósito, para lo cual se vale de determinadas estrategias, a partir de su percepción de la realidad, lo que de cierta manera personaliza la exposición; de igual forma, hay que admitir que toda construcción teórica, está marcada por la cultura e ideología del autor, lo que revela la subjetividad de este y el carácter histórica e ideológicamente condicionado de las teorías que propone, así como su valor relativo, que les atribuye cierto grado de inexactitud. Sin embargo, ninguna de estas características niega la necesidad de que se exprese el conocimiento científico de forma precisa, objetiva y fidedigna, refiriendo el resultado de nuestras observaciones y reflexiones, sin pretender ocultar la realidad o tergiversarla.
La veracidad, enmarcada en los límites de la dialéctica de la verdad absoluta y la verdad relativa, constituye un rasgo esencial del lenguaje de la ciencia. Para los positivistas, la veracidad de las teorías científicas radica en su verificabilidad en la práctica. Para otros autores, “...la objetividad de los enunciados descansa en el hecho de que puedan contrastarse intersubjetivamente”. (Popper, K 1997, citado por A.M. Vega, 2001: 6). Tal como estos la definen, la objetividad es el resultado de la contrastabilidad teórica de los enunciados y la realidad objetiva. Se considera que “el discurso científico consiste en una construcción de teorías sujetas a contrastes intersubjetivos, cuya validez depende de la recurrencia y regularidad de los acontecimientos que se intentan explicar.” (Vega, A. M., 2001). La verdad, por lo tanto, puede modificarse en futuros discursos, en tanto se verifican estos al contrastarlos con la realidad.
Para A. M. Vega, “el lenguaje es el conocimiento” y llega a la conclusión de que “conocer una ciencia es conocer su lenguaje” (A. M. Vega, 2001: 2). Respecto a la primera afirmación, se establece una relación de identidad entre las categorías lenguaje y conocimiento. Si se parte de la concepción dialéctico materialista que considera el lenguaje y el pensamiento como una unidad y no como una identidad como se pretende hacer ver, tal concepción sería discutible, pues ambas categorías realizan funciones diferentes, aunque se complementan. El pensamiento tiene como función esencial proporcionar el conocimiento acerca de la realidad, que queda fijado mediante la palabra, que constituye su envoltura material, al decir de Marx, y es de por sí una generalización. El conocimiento es fruto de la actividad psíquica superior, en las que intervienen los procesos lógicos del pensamiento. El lenguaje, por su parte, participa en la construcción del pensamiento en conceptos y en su exteriorización, lo que revela sus dos funciones esenciales: la noética o cognitiva y la semiótica o comunicativa.
Respecto a la segunda afirmación de la autora citada, sin dudas, estamos de acuerdo en que a través del lenguaje es posible determinar los conocimientos que una persona tiene sobre una ciencia dada, por lo que consideramos válida la conclusión a la que arriba. Al afirmar que “sin lenguaje no habría ciencia”, pone de relieve el papel que el lenguaje ha desempeñado tanto en el proceso de hominización de la especie, como en el proceso de socialización del individuo que nace en un contexto cultural determinado. Sin la aparición del lenguaje articulado, no habría sido posible la existencia del pensamiento verbal o pensamiento en conceptos. El “homo sapiens” era también “homo loquens” y “homo laborans”. El pensamiento y el lenguaje, unidos según plantea Lev Vigotsky en una determinada etapa de su desarrollo, constituyen una unidad indisoluble, que tiene como elemento integrador el proceso de significación. Construir significados acerca del mundo (conocimientos) y transmitirlos a los demás, son funciones del pensamiento y el lenguaje que revelan su unidad dialéctica, no su identidad.

2. SABERES NECESARIOS PARA LA COMPRENSIÓN Y PRODUCCIÓN DEL DISCURSO CIENTÍFICO.
Al abordar la enseñanza de la comprensión y construcción del discurso científico, debe tenerse en cuenta que en dicho proceso intervienen múltiples saberes, como son:
- saberes sobre la realidad y el tema que se va a tratar;

- saberes sobre el contexto en el que tendrá lugar la interacción;
- saberes sobre el tipo de texto que se desea redactar;
- saberes sobre las estrategias que posibilitan una comunicación 
eficiente y 
- saberes sobre los medios comunicativos que se deben emplear.





[1] http://www.cujae.edu.cu/Archivos/publicacion%20referencia%20pedagogia/No3/seccion10.htm

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